Jorge –nombre ficticio– tiene 27 años y vive en Venezuela. Pese a su juventud, se ha visto obligado a migrar dos veces. La primera vez viajó a Colombia, y la segunda a Ecuador. Ahora, como muchos compatriotas, ha vuelto a su país; no porque la situación haya mejorado allí, sino por la imposibilidad de salir adelante en los países de destino.

Cáritas