La Jornada Mundial del Migrante y Refugiado quiere visibilizar «los derechos, las leyes y su aplicación, apelando a la solidaridad entre las naciones para responder a este desafío»
David Melián trabaja desde el punto de vista del derecho y desde el de la pastoral del migrante. Este abogado se está dejando la piel defendiendo, protegiendo y sirviendo a la población migrante que llega por la ruta de Canarias. De hecho fue el abogado de los tres subsaharianos que sobrevivieron tras 11 días de viaje sobre el timón de un petrolero, la odisea entre Nigeria y Canarias.
“El derecho a no migrar no está codificado y no existe como tal. La elección no es libre, la gente no viene como una decisión propia sino porque no tiene otra opción”. Lo más importante, ha explicado el abogado, no es hablar de las cifras, sino de las personas, “ya que aportar cifras deshumaniza, los números no nos tocan el corazón y la Iglesia en lo que se centra es en las personas”.
Melián ha recorrido Senegal de norte a sur visitando a las familias de algunos de los chicos acogidos en Canarias para conocer su realidad y acompañar a quienes sufren la perdida de sus hijos. “Muchas veces salen sin avisar y se pasan meses sin saber de sus hijos. Por eso, esta visita ha supuesto un puente de confianza, porque han visto en esta parte humana de la Iglesia la ayuda que les prestamos”. Tras su viaje, ha constadao que los jóvenes no son libres para tomar la decisión de quedarse en su país de origen:“Con todos los que yo he hablado si pudieran se hubieran quedado, pero no se dan las condiciones para poder hacerlo. Nadie se jugaría su vida en el mar teniendo la posibilidad de entrar de una forma segura”.
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